Blogia
IRENECH - modelos de orientación

RECENSIÓN- “¡QUÉ SERÁ DE NOSOTROS LOS MALOS ALUMNOS!”

En este libro de Álvaro Marchesi, se analiza a los alumnos que tienen determinadas dificultades de aprendizaje, así como se describen las dificultades de sus profesores para solventarlas y el desconcierto de las familias ante tal situación. Por tanto hace un análisis de estos problemas desde tres flancos: el del alumno, el de los profesores y el de las familias.

Marchesi diferencia entre los problemas de conducta, los de motivación y los problemas de aprendizaje, aunque en muchas ocasiones pueden venir de la mano unos a causa de otros, como una pescadilla que se muerde la cola.

Por eso este autor defiende que es muy importante y primordial diferenciar el origen de los problemas de estos chicos para que el tratamiento sea el adecuado.

Destacaré algunas ideas que me resultaron interesantes al leer este libro como por ejemplo la relevancia que tiene la motivación en todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, y a la cual el autor hace referencia y da una vital importancia. Tal y como explica Marchesi en su libro, “La motivación para aprender se convierte en el centro de la reflexión educativa, y su ausencia, en el principal factor de fracaso escolar”.

Esta es en mi opinión, la característica esencial que debería tener todo docente que se dedique a la enseñanza y toda persona que pretenda transmitir conocimientos o información a otros. Alguien interesante o que tiene algo interesante que contar, capta de manera natural la atención del resto de personas a su alrededor en el momento de hablar o dar algún tipo de explicación y la atención es sin duda fundamental, pues tal y como dice Marchesi; “es difícil aprender si no se atiende a la información que debe ser procesada y comprendida”.

 Según Marchesi, el aprendizaje se basa en la actividad mental de la persona que aprende, quien debe conectar la nueva información que recibe con lo ya aprendido. Esta relación requiere un esfuerzo que cuanto mayor sea, cuantas más relaciones establezca y cuantos más cambios en los conocimientos previos produzca, más profundo y duradero será conocimiento adquirido.

Este esfuerzo no depende sólo de el alumno, depende también de que la información que se le ofrece y la manera en que se le presenta sea lo suficientemente interesante y motivadora como para que merezca la pena realizar semejante esfuerzo. Por tanto, es también responsabilidad del maestro que los alumnos realicen o no el esfuerzo de aprender, ofreciendo la materia de la forma más interesante y motivadora posible.

El autor defiende que el sistema de evaluación condiciona significativamente el aprendizaje por lo que es necesario que el alumno sepa cómo va a ser evaluado en el comienzo del aprendizaje. Según sus estudios, no se aprende igual si después va a existir una prueba de reconocimiento, de elaboración o de solución de problemas, por tanto, el maestro debe tener perfectamente planificada también dicha evaluación.

0 comentarios